La fotografía como afición y otras artes visuales

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Graves daños en fotografías en el infrarrojo - Fujifilm GS645S + Hoya IR72 + Rollei Superpan 200 Pro

Hace unas semanas consumí el último rollo de película que me quedaba apto para la fotografía en el espectro del infrarrojo. Era un rollo de Ilford SFX 200. Y la idea de poder hacer este tipo de fotografía sin necesidad de cargar con el trípode funcionó bastante bien. Así que aprovechando un pedido de material sensible, pedí unos cuantos rollos más de esta película. Pero como no es la película más barata precisamente de la gama de la marca británica, y hasta el momento mis experiencias con la Rollei Superpan 200 Pro habían sido buenas, pedí también un par de rollos de esta última, para comprobar que se podían usar de la misma forma. Al fin y al cabo, la sensibilidad nominal es la misma, y la corrección que introduzco en la exposición cuando uso el filtro Hoya IR72 es la misma.

He de decir que hace dos años tuve algunas malas experiencias con unos rollos de la marca Rollei... pero dado que eran otra emulsión y una sola ocasión puntual, decidí arriesgar. Al fin y al cabo, este invierno usé algún rollo de Rollei 80S en formato 135 con la Olympus Pen F y no tuve ningún problema. Al contrario, buenos resultados. Con la Superpan 200 nunca había tenido problemas. Con estos antecedentes, el sábado pasado puse un rollo de Superpan 200 en la Fujifilm GS645S Wide60, con el filtro Hoya IR72 enroscado en el frontal del objetivo, y aprovechando el día de sol radiante fui haciendo fotos en el entorno de los ríos Huerva y Ebro a su paso por la ciudad de Zaragoza, mientras me dirigía caminando a hacer la compra.

El revelado de la película, sin ningún misterio. El que ya había utilizado con antelación sin ningún problema. Kodak HC-110 dilución B (1+31), 6 minutos a 20 ºC, comprobados con mis termómetros habituales. El paro, con la misma agua que el revelador, también a 20 ºC. Y el fijador, previamente preparado, cómo estaba a una temperatura algo más alta porque mi aire acondicionado sólo está en el salón y en la estantería donde lo guardo hace más calorcito, lo atemperé durante un rato en el frigorífico para ser usado a unos 22 ºC. Temperatura muy similar. Nunca había tenido problemas por hacerlo así. Como nunca había tenido problemas luego al lavar bajo el grifo con el agua saliendo a 25-26 ºC, que es la temperatura a la que sale durante el verano. Sin embargo, algo había ido mal, y lo vi en cuanto colgué los negativos a secar. Sabía perfectamente que el cielo estaba ese día inmaculado, sin nubes de ningún tipo. Y sin embargo, en los negativos se apreciaba irregularidades en los tonos del cielo.

Inmediatamente empecé a temer algo. Una sensación que se me había quedado en todo el proceso. La posibilidad que durante el lavado, el monomando del grifo no estuviera perfectamente en la posición "agua fría" y la temperatura del lavado fuese superior a la prevista. Un par de días más tarde, con tiempo y tranquilidad, digitalicé con mucho cariño los negativos con la Panasonic Lumix G9 en su modo de alta resolución, casi 80 megapíxeles aprovechables por negativo, que aparecieron bastante nítidos... pero con zonas en la que la emulsión se veía deteriorada. Quizá lo que los más sabios que yo llaman "reticulada". Nunca me había pasado algo así desde que empecé a revelar en 1992.

He comentado ya el caso en grupos y foros de aficionados y profesionales de la fotografía con película tradicional, en los que siempre hay personas con más conocimientos y experiencia que yo. Algunas voces que considero autorizadas no tienen claro el tema de las temperaturas. Afirman que en caso de "shock térmico" el reticulado hubiese sido en toda la emulsión y no sólo en algunas zonas. Por lo que entiendo, el problema del reticulado tiene más que ver, no con la temperatura de los líquidos, sino con la diferencia de temperaturas, excesivas y bruscas, entre los diversos baños. Y vuelvo a escuchar quejas de que la calidad de fabricación de las Rollei deja que desear. Las emulsiones, fabricadas por Agfa-Gevaert en Bélgica, según parece, están basadas en emulsiones conocidas desde hace décadas. Pero el envasado final parece que podría estar realizado en la República Checa por Foma. Hay semejanzas claras en los envasados entre las Foma y todas o algunas de las Rollei. El caso es que según algunas voces, en algún momento del proceso de fabricación y envasado, los niveles de calidad no estarían a la alturas de las ya desaparecidas películas Agfa, por mucho que las emulsiones sean herederas de aquellas.

El caso es que... es una pena. Porque por lo demás la exposición, la nitidez y el aprovechamiento de los negativos eran buenos. Si no fuese por la inseguridad que genera esta situación, la calidad de la imagen está a la par de la Ilford SFX 200, quizá con un grano un poco menos marcado incluso, lo que podría proporcionar algo más de nitidez, la SFX 200 tiene un grano muy marcado para su sensibilidad nominal en mi experiencia, y con un coste menor. La Ilford es un 40% más cara que la Rollei. En fin... Me queda un rollo de Rollei Superpan 200. Volveré a repetir la experiencia, con especial cuidado en todos los pasos del proceso. Y ya os contaré si al final llego a la sospecha de que la culpa fue de la emulsión o de mi mala pata. Cosa que no puede desechar; no puedo ser tan soberbio, con los datos que tengo. Pero ya son tres rollos de película de la marca Rollei que me salen rana en el plazo de dos años.

Retomando la fotografía infrarroja - Fujifilm GS645S + Hoya IR72 + Ilford SFX 200

Desde hace tiempo me muestro interesado por la fotografía en el espectro del infrarrojo. Aunque he hecho algún pinito con alguna cámara digital que muestra cierta sensibilidad a esta parte del espectro electromagnético, la mayor parte de las modernas no son sensibles, a lo que más me he dedicado es a la fotografía infrarroja con con película de haluros de plata tradicional. Tradicionalmente existían emulsiones específicas para este tipo de fotografía, pero hoy en día no se fabrican o no son fáciles de encontrar por fabricarse sólo para determinados entornos y situaciones. Pero sí que encontramos con facilidad películas en blanco y negro pancromáticas, es decir, sensibles a todas las longitudes de onda del espectro visible, desde el rojo al violeta, con una sensibilidad espectral extendida al infrarrojo cercano. Usando un filtro adecuado, podemos cortar el acceso a nuestra película de todas las longitudes de ondas que correspondan al espectro visible, y dejar pasar solamente las que corresponde al infrarrojo cercano.

En los últimos años, con este fin he venido usando las películas de Rollei Superpan 200 Pro y Retro 80S, así como la Ilford SFX 200. La Rollei Retro 80S es la que más me convence en sus resultados, especialmente si buscas un grano fino. Pero tiene problemas de calidad en su fabricación y he acabado escamado de ella. La Superpan 200 Pro no me ha dado problemas nunca,... pero claro, es Rollei también, y se te mete el miedo en el cuerpo. Por ello, en su momento adquirí un suministro de Ilford SFX 200, apreciablemente más cara, pero más fiable desde mi punto de vista. Me quedaba un rollo. Y el runrún en la cabeza de retomar este tipo de fotografía durante el verano, que es su momento adecuado.

Recientemente, vi un vídeo en Youtube de un fotógrafo paisajista británico que eventualmente realiza paisaje en el infrarrojo con cámaras digitales modificadas. Tal es la modificación, que puede realizar las fotografías a mano alzada, sin necesidad de trípode. 

El problema con las películas infrarrojas es que el filtro que colocas en el objetivo, en mi caso un Hoya IR72 de 49 mm de diámetro, se lleva cinco pasos de exposición. Si una película tiene una sensibilidad nominal de ISO 200, es como si estuvieses usando una de ISO 6. Y eso implica que hay que usar un trípode siempre, ¿o casi siempre? A esto vamos hoy. A que en determinadas ocasiones, podemos ir sin trípode, haciendo algunos sacrificios.

Con película infrarroja me gusta usar cámaras telemétricas. Con una réflex, si pones el filtro, no ves nada por el visor. Tienes que andar poniendo y quitando para enfocar y encuadrar. Así que en esta ocasión opté por la Fujifilm GS645S Wide60, puesto que el rollo que me quedaba de SFX 200 era de tipo 120. La mañana del domingo era soleada y despejada aunque con algunas nubes en el cielo que no servían para matizar la luz, aunque sí para dar vida al espacio celeste. Así que, incluso antes de salir de casa, comprendí que la medición de la luz en valores de exposición iba a ser EV15. Es decir, tiempo soleado, si ajustamos el diafragma a f/16, la velocidad de obturación sería el inverso de la sensibilidad de la película. Haciendo cuentas, comprendí que la combinación f/4 (apertura máxima del objetivo) y 1/60 segundo (velocidad de seguridad para no obtener fotos trepidadas), era posible. Aunque con un precio a pagar. En formato medio, una apertura de f/4 implica una cuidada selección del encuadre para decidir que aparecía enfocado y que no. La hiperfocal con esa apertura, estamos hablando de paisajes, mayormente, es 20 metros, por lo que lo planos muy próximos corrían mucho riesgo de aparecer desenfocados. También hay que tener en cuenta que es una buena óptica, pero que hay que esperar cierta degradación de la imagen en los bordes de la misma a su máxima apertura. Así se aprecia en alguna fotografía con edificios en los bordes de la imagen. En cualquier caso, la primera vez que me lanzaba a realizar infrarroja a mano alzada.

La película la revelé, según lo recomendado, en Kodak HC-110 dilución B (1+31) durante 9 minutos a 20 ºC. 30 segundos de agitación tranquila inicial y luego cuatro inversiones del tambor cada minuto, hasta alcanzar el tiempo previsto. Las fotos fueron digitalizadas con la Panasonic Lumix G9 en modo alta resolución (imagen aprovechable en esta ocasión de entre 65 y 70 megapíxeles) con el M.Zuiko 12-40/2,8 a una focal de aproximadamente 35 mm y una apertura de f/5,6. Los ficheros digitales hay que trabajarlos un poquito, no demasiado, pero con cuidado, para ese aspecto característico de la fotografía infrarroja en blanco y negro. Especialmente, evitando bloquear las luces, abundantes en las fotos con mucha vegetación. He usado Affinitiy Photo con el complemento de Color Efex de la Nik Collection para el terminado final. No la versión actual de pago, sino la que fue gratis durante un tiempo, y que es perfectamente usable todavía. He comprobado ya en varias ocasiones que "jugando" con el filtro "Claridad (Clarity)" de Affinity Photo (u otros programas) se puede evitar el aumento de grano indeseado cuando ajustas el contraste, sin afectar a la nitidez global de la imagen.

Globalmente, he quedado satisfecho con las fotografías. Para comparar el efecto de la fotografía infrarroja respecto a la normal realizada con película pancromática, os he puesto un par de imágenes comparando con las obtenidas con la pequeña Olympus Pen EE3 cargada con Ilford HP5 Plus 400. Este tipo de fotografía es ideal para los días de verano, con luz intensa, y con abundancia de vegetación muy verde todavía. Y siempre que la sensibilidad de base de la película sea de 200 o más, podremos evitarnos el trípode, aunque habrá que ser cuidados con la composición y con lo que dejamos enfocado y lo que no. Recordad que en la luz infrarroja no enfoca en el mismo plano que la luz visible y que si el objetivo tiene marca de corrección del punto de enfoque para luz infrarroja, hay que usarla. La GS645S la tiene, y la usé sistemáticamente, consiguiendo una buen nitidez en todas las fotos. Con diafragmas más cerrados igual se compensa con la profundidad de campo derivada, pero con f/4, no.

Soleado fin de mayo con la Fujifilm GS645S Wide60 + Lomography Potsdam Kino 100

Ya comenté hace unos meses que recibí un lote de películas de regalo, todas ellas con el sello de Lomography, que siempre te hace esperar los peor, pero prepararte para una agradable sorpresa. No me disgustó la Lomography Potsdam Kino 100, que me vino en forma de varios rollos en formato 120, como la ya comenté en su momento. Si el mes de junio de 2020 está siendo bastante más fresquito de lo que esperábamos en Zaragoza, el último domingo de mayo fue un día soleado y agradable. Camisetas y pantalones cortos o bermudas para disfrutar de lo poco que nos queda de primavera en los tiempos del nuevo coronavirus. Así que cogí una cámara, algo de película y salí a pasear y hacer fotos. Por mis recorridos tradicionales de paseo en la ciudad, que en los tres últimos meses no he podido apenas visitar.

Así que para este recorrido por algunas calles del casco histórico de Zaragoza, por alguno de sus mercadillos dominicales, y por las orillas del Ebro, opté por la Fujifilm GS645S Wide 60 y le puse un rollo de Lomography Potsdam Kino 100. Eché otro al bolso por si me lanzaba a hacer fotos. Pero no. El día estaba demasiado soleado y con luz demasiado contrastada y dura como para inspirarte en exceso a la hora de hacer fotos. El otro rollo lo expuse una semana más tarde, pero eso os lo cuento en otra ocasión. De momento 15 fotogramas por lugares habituales, que ponían a prueba la dinámica de la película, su capacidad para absorber unos diferenciales entre las luces y las sombras muy considerables.

Mis anteriores experiencias con la película fue en un entorno con una luz mucho más matizada y controlada. Por un momento pensé en exponer a un índice de exposición más bajo y acortar el tiempo de revelado para matizar el contraste. Pero al final opté por la sensibilidad nominal de la película y por los tiempos de revelado recomendados con carácter general. Revelada en Kodak HC-110, dilución 1+47, lo que ya hace suponer que proporciona un contraste algo más contenido que cuando las diluciones recomendadas son más concentradas, con un cómodo tiempo de revelado de 7 minutos a 20 ºC. Digitalización de los negativos con la Panasonic Lumix G9 en modo alta resolución, que permite obtener, una vez desechados los márgenes de comodidad, unos ficheros de unos 50 megapíxeles.

Dos problemas aparente me encontré tras revelar los negativos. Realmente el contraste objetivo era notable, y además parece que la medición con el fotómetro integrado de la cámara me había llevado a un subexposición sistemática de un paso de exposición. Con lo cual, miedo tenía que las sombras profundas hubiesen quedado bloqueadas. Pero tras digitalizar los negativos, he comprobado que en la mayor parte de ellos conservan textura en esas sombras profundas.

El siguiente problema es que tras digitalizar los negativos, había que recolocar las luces y los tonos medios. Hacer un "forzado" digital, por expresarlo de alguna forma. Esto puede conllevar un efecto secundario no deseado, parecido al que se da en el revelado forzado tradicional con los químicos; un aumento del grano presente y evidente en la fotografía. Pero con la generosa superficie de los negativos de 56 x 42 mm de la GS645S... en tamaños de ampliación razonables, tan apenas se aprecia el grano.

Realmente, esta película me gusta bastante. El problema con ella es que no es barata. Como ya comenté en octubre del año pasado, sin ofrecer ventajas netas sobre otras películas disponibles en el mercado, de sensibilidades similares, es apreciablemente más cara. Por ejemplo es más cara que las Ilford Delta 100 o FP4 Plus 125, por hablar de dos películas de calidad contrastada y en su mismo intervalo de sensibilidades. Si a eso sumas que normalmente la tienes que pedir por internet y pagar los costes de transporte, deja de merecer la pena. Es lo que hay. Pero es una pena. Y además, tiene una pega que no he comentado. El soporte de la emulsión es más recio que las mencionadas, por lo que el peso hace que tienda a curvarse más en los portanegativos al digitalizarla o en la ampliadora, aunque en este caso suelen incluir un cristalito para evitar estos efectos.

Tras la versión de ISO 400, Lomography Potsdam Kino 100 con Fujifilm GS645S Wide60

Ya comenté hace unos días que como consecuencia de las actividades durante mi escapada a Berlín y  Braunschweig, recibí un paquete de regalo con película fotográfica procedente de la Lomography Shop. Hace unos días comentaba mi parecer sobre la película Lomography Berlin Kino 400 en carretes de 35 mm, y hoy voy con uno de los cinco rollos de formato 120 de Lomography Potsdam Kino 100.

Este domingo pasado, aunque habían anunciado un empeoramiento del tiempo atmosférico, que no llegó hasta dos días más tarde, como hacía una mañana excelente de nubes y claros que daban una luz matizada y agradable, cargué con un rollo de Potsdam Kino 100 la Fujifilm GS645S, que acompañé de un par de filtros, el amarillo Heliopan #8 y el rojo Heliopan #25, y decidí pasear haciendo fotografías en distintas situaciones de luz y con distintos motivos.

El revelado lo he hecho según las recomendaciones incluidas en Kodak HC-110, dilución E (1 + 47), durante 6' a 20 ºC, con la tradicional agitación continua durante los primeros 30 segundos, y luego 4 inversiones tranquilas cada minuto. La digitalización de los negativos, en esta ocasión, la he realizado con el Epson Perfection V600 Photo, lo cual me sirvió para probar el nuevo software que ha proporcionado Epson con motivo del paso a los 64 bits en la nueva versión del sistema operativo OS X, a la que todavía no he actualizado dado que hay una serie de programas que no funcionan bien, y quiero asegurar un mínimo de quebraderos de cabeza antes de actualizar. El máximo razonable que puedo obtener de resolución espacial con este escáner a partir de un negativo de 6 x 4,5 (56 x 42 mm en realidad) es de unos 20 megapíxeles. Pero la verdad es que el software a mejorado mucho en rapidez y precisión, y puedo obtener archivos usables desde el primer momento, sin necesidad de procesado posterior en otro software.

Al igual que sucedió con su "hermana" de ISO 400, mis impresiones sobre la película son buenas. Puedo repetir tal cual lo que escribí para la Berlin Kino 400. La película presenta un bajo contraste, dicen que proporciona el aspecto de las película del Neuer Deutscher Film (Nuevo cine alemán) de los años 70, con una suave gradación de grises. El grano pasa en la práctica desapercibido con los negativos de formato medio, obviamente es considerablemente más discreto que la versión de ISO 400. La película es nítida. Y en este caso tengo la sensación que la sensibilidad ISO 100 declarada oficialmente es un realista. 

En cualquier caso, con el suave contraste y amplia gama de grises que proporciona la película, en ningún momento he tenido sombras empastadas ni luces bloqueadas. Dicen que la película procede de excedentes de Orwo, que fue el principal fabricante alemán de película fotográfica durante la época de la República Democrática Alemana, antes de la reunificación alemana. Dicen. También se ha anunciado recientemente que no va a ser un lote único, sino que se va a fabricar nueva película bajo esta denominación, con mejoras en la captación del detalle en sombras y luces.

La pregunta, al igual que la que me hacía hace unos días, sería... ¿estaría yo dispuesto a seguir usando esta película en un futuro? Pues sí... si tuviera un precio razonable. He mirado en la tienda Lomography, la película se vende de cinco en cinco carretes, y el precio es tal que el coste individual de cada carrete está en casi nueve euros. Más los gastos de transporte. Claramente excesivo, dado que no aporta realmente nada especial sobre otras soluciones más modernas, más capaces, con características similares y más baratas. Y que puedo encontrar con cierta facilidad en mi ciudad, sin tener que pagar gastos de transporte, como la Ilford FP4 Plus 125, que es más contrastada, pero que admite sin ningún problemas forzados de uno o dos pasos sin gran sufrimiento de los tonos oscuros. Y que sobreexponiendo un poco y revelando un poco más corto, nos permite controlar fácilmente el contraste excesivo. Y es que es lo que tiene Lomography. Que suelen vender tajo bajo a precio de "lomo" ibérico... Y aunque hacen mucho por mantener la afición a la película tradicional, la verdad es que le echan un poco de morro a la vida.

Paisaje con película Fujicolor Pro 400H - El dolmen de Ibirque

Cuando uno mira e investiga sobre las mejores películas negativas en color disponibles en la actualidad, es frecuente encontrar comparativas o comentarios que comparan dos películas que tienen usos muy similares; Kodak Portra 400 y Fujicolor Pro 400H. He usado con cierta frecuencia la Portra 400. Realmente es una película fenomenal, que ofrece unos colores estupendos, con una gran latitud de exposición... y cara. No había utilizado hasta ahora nunca la Pro 400H... porque no es tan fácil encontrarla en mi entorno. De Fujifilm, es fácil encontrar las Fujicolor C200 y la variedad de Superias, pero no esta película profesional. El caso es que en un momento dado me hice con dos rollos y hace unas semanas me llevé uno en la mochila, junto con la cámara Fujifilm GS645S Wide. No sabía si lo iba a usar. Pero las incluí, junto con una cámara digital.

Subimos a casa de los padres de unos amigos un sábado por la tarde, no lejos de Sabiñánigo en la provincia de Huesca, para ayudarles con unos cambios en su casa. Terminamos pronto y sugerí a mis acompañantes ir a ver algo. No conocía el paraje en el que se encuentra el dolmen de Ibirque, un lugar con un bello paisaje en el que he estado en un par de ocasiones. Podéis encontrar algunas fotos realizadas por mí en ese paraje aquíaquí y aquí.

Aunque todo lo que había leído sobre la Pro 400H hacía referencia sobretodo a su uso en retrato y reportaje social (bodas, comuniones, etcétera), la usé para reflejar el paisaje de esa parte de las sierras adyacentes al Pirineo. He de decir que pude haberla usado mejor. Me explico. Cuando llegamos al lugar, eran las siete y media de la tarde y faltaba casi dos horas para el ocaso. Pregunté si nos íbamos a quedar todo ese tiempo para aprovechar la mejor luz, o si nos retirábamos pronto. No hubo una respuesta clara por parte de mis acompañantes así que empecé a hacer fotos. Al cabo de un rato, me dijeron que sí, que les apetecía ver la puesta del sol. En ese momento lamenté haber disparado la cámara tan liberalmente y no haber echado a la mochila el otro carrete de película que se había quedado en el frigorífico en casa.

En cualquier caso, aunque no aproveché de la mejor forma posible el intervalo de tiempo de la tarde con mejor luz, la verdad es que quedé contento con el rendimiento de la película en el paisaje. Los colores son bastante naturales. Y aunque la saturación no se acerca al nivel de otras películas como determinadas diapositivas o la Kodak Ektar 100, la imagen queda con suficiente vivacidad. O al menos con unos tonos que me parecen ajustados al recuerdo del momento vivido. El revelado lo mandé a Malvarrosa Film Lab, en Valencia, que trabajan de forma muy similar a sus vecinos más veteranos de Carmencita Film Lab. Aunque son algo más baratos. Últimamente tiro de Carmencita cuando quiero el nivel de resolución más alto en la digitalización de los negativos, como con las fotografías de Berlín. La calidad que ofrecen ambos laboratorios es muy similar, siendo esta opinión basada exclusivamente en mi experiencia personal.

Finalmente, ¿mejor o peor que la Portra 400? No he llegado a una conclusión todavía. Pero por la calle van diciendo que poco se llevan todos.